jueves, 24 de mayo de 2012

NUESTRO sitio


Confortable, unido, cercano, completo, grande, luminoso, oscuro, frío, húmedo, veraniego, caluroso, impredecible, bonito. Donde siempre pasamos las horas cuando no sabemos que hacer ni donde ir. Este viernes, mañana, será uno más, o quién sabe, quizás este sea un gran viernes (los grandes viernes nunca se planean) como siempre estaremos allí, nosotras, cada una con la ropa que las largas horas de elección dieron su fruto, hablamos, cotilleamos y rumoreamos sobre la gente que pasa a nuestro alrededor. Mucha gente. Pasa por allí muchísima gente, diferentes personas, rubias, altas, morenas, bajas, pelirrojas, con ojos azules, feos, guapos... Al llegar nos sentamos en nuestro banco de los viernes, esperando a que alguna idea de donde ir pueda florecer de la cabeza de alguien. Esperando a que la gente venga a nosotras, al centro de todo. Allí todo resulta fácil, esa heladería cerca del antipático dueño del bar que no nos deja usar su querido baño. Donde muy cerca se encuentra una fuente por si nos entra mucha calor. El Starbucks® de la esquina con sus frappuccinos de chocolate, vainilla o caramelo. El quiosco que sin el, los viernes, no serían viernes. El metro de donde no para de salir gente rarísima y el parque de detrás donde hay siempre canis. Nuestro querido Mc'donnals y el Opencor. Las queridas escaleras de espera, y más allá el camino hacia los remedios, el puente de San Telmo.

MARINA SOBRINO

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